Ingenuo de mí, yo que pensaba que la
guerra de las licencias autonómicas contra las emitidas
por la española había terminado
hace años, con la aceptación por parte de ésta,
(Tribunal supremo mediante), de la validez de las
autonómicas por mandato constitucional.
Hete aquí que la
Federación Española , o mejor dicho sus componentes a
sueldo , ven peligrar sus escandalosas nóminas, la del
presidente , por ejemplo, que cobra más del doble que el
presidente del gobierno de España , para manejar unas
21.000 licencias (año 2022).
Si es cierto, que
según sus estatutos, es una entidad privada sin ánimo
de lucro, es decir, puede hacer y deshacer
económicamente lo que le dé la gana, siempre que la
asamblea lo apruebe , y no se utilice el dinero público
que recibe para nóminas, por ello el señor presidente
tiene un límite de 90.000 euros al año (más que el
presidente del gobierno), así que como le parece poco ,
decide que las licencias autonómicas no sean validas
para las competiciones nacionales, ya que las organizan
ellos.
Cualquier deportista
puede competir en territorio nacional con las
autonómicas, pero no en las nacionales que también se
desarrollan dentro de territorios autonómicos.
Pero claro al prohibir
el uso de las autonómicas en sus carreras, obliga
(homologa dicen ellos), a que los deportistas tengan
dos, la territorial y la nacional.
Y en las autonómicas
se está por la labor de emitir las propias, ya que es
dinero que se gestiona por ellas mismas, sin tener que
ir el dinero a Madrid y esperar a que vuelva de Madrid.
Esta guerra la viví en
primera persona siendo presidente de la FADA hace la
friolera de 35 años, y veo estupefacto que nada cambia.
Y para mas insulto a
los deportistas, el actual presidente de la Española
como no puede subirse el sueldo mas, decide engordarse
el bolsillo con lo que el llama un “incentivo a su
gestión”, que no deja de ser una comisión por cada euro
que los deportistas ingresan en la cuenta de la
Española. Un 1`5% anual sobre los ingresos propios de la
Federación que se calcula para este 2023 en más de
5.000.000 de euros. Lo que le valdrá un extra de
alrededor de 82.000 euros, ya tenemos un salario de
172.000 euros. Pero claro como está la vida de achuchada
recibe 2.500 euros al mes para vivienda, por aquello de
que la constitución defiende una vivienda digna, digna
ya es por 2500 euros al mes.
Añádanle gastos de
representación, viajes, dietas y seguridad social, por
lo que solo el presidente nos cuesta a los deportistas
alrededor de 350.000 euros, lo que decía, más del doble
que el presidente del gobierno por gestionar 21000
licencias…
Me hace gracia lo de
“incentivo a su gestión”, si no está incentivado, váyase
a su empleo anterior, si lo tenía.
Aprendió rápido de su
antecesor y lo terrible es que lo hace bueno.
Seguiré hablando de esta guerra la próxima semana.